Prusia 1914. Felicia ha crecido muy protegida en Lulinn, la finca familiar de los Degnelly en Prusia Oriental. Le encanta montar, vivir rodeada de naturaleza y pasar todo el tiempo que puede con Maksim, su compañero de juegos de infancia de quien está enamorada. Pero tiempos nuevos y convulsos llegan hasta su paraíso privado y Maksim, impresionado por las ideas revolucionarias procedentes de Rusia, decide marcharse a ese país.
Poco después de desatarse la Primera Guerra Mundial los primeros soldados del ejército ruso aparecen en Lulinn. Felicia está sola con sus abuelos y consigue impedir que entren en la casa, pero cuando el anciano muere, abuela y nieta se ven obligadas a huir. En Berlín conoce a Alex Lombard, un joven de buena familia que puede proporcionarle un bienestar al que no está dispuesta a renunciar y se casa con él, aunque su corazón pertenece a Maksim...
¿Qué nos ha gustado?
- Buena reconstrucción: no puede decirse que La estación de las tormentas peque de mal contexto. Al contrario. Los acontecimientos que rodearon la Primera Guerra Mundial y la revolución rusa están muy bien investigados y trabajados por parte de Charlotte Link, sin que lleguen a excederse los detalles históricos intrascendentes.
- Cautivadora: La estación de las tormentas es una novela que consigue atrapar al lector desde los primeros capítulos. A diferencia de las novelas habituales de Link (de corte más thriller), este libro es un drama histórico en toda regla, al que no le faltan grandes dosis de emociones, tragedias y romances, todo ello muy bien atado y desarrollado por parte de la autora.
- Buen talento: Link ha mantenido en La estación de las tormentas su estilo narrativo habitual, simple (pero no simplista) y claro, con capítulos muy cortos que agilizan el ritmo y complementan muy bien la escritura distendida de la autora.
¿Qué no nos ha gustado?
- Me recuerdas a…: aunque La estación de las tormentas nos ha gustado mucho y sin duda es una de las grandes lecturas del mes, tenemos que reconocer que no es una novela tremendamente original y en ciertos puntos nos recordará a dramas históricos clásico como el inimitable Lo que el viento se llevó, por ejemplo, con quien guarda cierta similitud en el complejo triángulo amoroso de Felicia.
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