Desde niño, Temujin, futuro Gengis Kan, sueña con grandes espacios. Su preceptor chino, Vieja Cumbre, le habla de Alejandro Magno, al que ansía superar en número de conquistas. Aprende a manejar el arco, a montar a caballo, a domesticar las águilas. A la muerte de su padre, el nómada se pone al frente del clan de los quiyat.
En 1206 Temujin se convierte en Gengis Kan, soberano universal y jefe de los mongoles. Seductor, carismático y autoritario, incorpora a sus filas a numerosos pueblos y consigue reunir a miles de hombres en torno a un único proyecto: construir el imperio más vasto que jamás haya existido.
¿Qué nos ha gustado?
- Un habitual: José Frèches empieza a ser uno de nuestros autores preferidos en cuanto a novela histórica ambientada en Asia se refiere. Ya nos demostró con La emperatriz de la seda y con El imperio de las lágrimas que sus dotes son más que sobradas y con Gengis Kan vuelve a hacerlo, pues nos ofrece una novela que, a pesar de su complejidad, está muy bien trabajada, cuidada al detalle.
- El rey Gengis: desde el punto de vista de los personajes, Gengis nos ha encantado. Un protagonista lleno de matices, al que no sabes si odiar o amar incondicionalmente, pero que lidera la novela con firmeza y llena con su presencia cada escena en la que aparece.
- En tierras mongolas: el contexto es otro baluarte indiscutible de Gengis Kan. Las descripciones de las inmensas estepas, la reconstrucción de la vida semi nómada de los personajes, de sus costumbres y de sus tradiciones, aparece tan bien retratada que nos sentiremos parte del clan desde el principio.
¿Qué no nos ha gustado?
- Detalles bélicos: a diferencia de las dos novelas anteriores de Frèches, en Gengis Kan tiene más peso los aspectos militares. A lo largo de la historia encontraremos batallas, descripciones detalladas de armas y estrategias militares que, a los lectores poco amantes de estos aspectos, puede resultarle pesado.
1 comentarios :
Es una broma? descripciones detalladas de armas y estrategias militares siquiera has leido el libro? Es un punto que deberia ser importante en esta novela y del que casi no se habla.
Publicar un comentario