¿Qué nos ha gustado?
- Weeks brilla: en el apartado prosístico, Brent Weeks vuelve a conseguirlo. Los diálogos son de lo mejor y el toque de humor que el autor incorpora en esta tercera novela es de agradecer pues hace que la lectura sea muy divertida.
- Un mundo perfeccionado: otro de los aspectos en los que El ojo fragmentado nos sorprende una vez más es en la contextualización, que gana en detallismo en este tercer libro. El entorno político, por ejemplo, es fascinante y el autor incide más en aspectos sociales y culturales que pasaron desapercibidos en los anteriores libros.
¿Qué no nos ha gustado?
- De relleno: da la impresión de que El ojo fragmentado es más una larga introducción al cuarto y último libro que una novela en sí misma. Termina justo donde tendría que empezar pues la mayor parte de la historia es repetitiva y no aporta nada imprescindible en el devenir principal de los acontecimientos.
- Perdiendo intensidad: El ojo fragmentado no resulta tan brillante como sus predecesores. En parte porque es una novela más expositiva, con menos acción que los anteriores y más descripciones. Además, no todas las preguntas que quedaron sin resolver en La daga de la ceguera encuentran respuesta por lo que da la sensación de que la trama pierde coherencia.
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