¿Qué nos ha gustado?
- No es lo que crees: Toda la verdad que hay en mí es una obra compleja, muy sentimental y de corte realista que posee una enorme profundidad bajo la aparentemente simplista trama. El misterio que envuelve los acontecimientos nos incita a seguir leyendo y el desarrollo de los mismos no cae en salidas apresuradas ni forzadas lo que afianza la coherencia. Perfecto para quienes necesiten un descanso tras el aluvión distópico reciente.
- Fortaleza ante todo: Judith es una protagonista excepcional que lucha por integrarse en una sociedad que le ha dado la espalda. Su determinación y su voluntad la convierten en una figura carismática que destaca por encima del resto. Ni siquiera su incapacidad para hablar limita su presencia dentro del libro.
¿Qué no nos ha gustado?
- Extraña: en cuanto a la estructura temporal, Toda la verdad que hay en mí es una novela un tanto imprecisa. Los saltos constantes entre el hoy, el ayer y el mañana generan confusión en el lector y no nos da opción a integrarnos en la historia central ni a entablar una empatía con el elenco.
- ¿Cuándo?: otro de los aspectos que menos nos ha gustado de Toda la verdad que hay en mí es la contextualización. La reticencia de Berry por clarificar cuando y dónde se desarrolla la trama crea un importante distanciamiento entre la novela y el lector pues dificulta incluso el entendimiento de las reacciones de los personajes y de ciertos acontecimientos.
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