Francis Bacon advirtió de que los hombres que han alcanzado altas posiciones acaban siendo
extraños a sí mismos. Consideraba que a la ardua ascensión de los poderosos seguía inevitablemente un eclipse que derivaba en «cosa melancólica», pues resulta muy
difícil resignarse a la vida privada y al retiro. Montaigne confesaba en sus ensayos que en su
dedicación a los otros, a la política, no pudo evitar apartarse de sí mismo.
¿Por qué tantos hombres de sabiduría se han metido en política?, se pregunta el autor,
en clara alusión a su propia experiencia.Casi todos los intelectuales han fracasado en este empeño: Platón frente a la Corte de Dionisio II en Siracusa; Aristóteles frente a Alejandro; Cicerón frente a Marco Antonio...
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