¿Qué nos ha gustado?
- Frenético: El hijo único es la novela perfecta si lo que queremos es engacharnos a un libro durante horas y que seamos incapaces de soltarle una vez empezado. Anne Holt gestiona muy bien la tensión narrativa y el suspense y el lector se verá literalmente absorbido por el libro.
- Caracterización notable: como ya vimos en 1222, Holt es una autora que caracteriza muy bien a sus personajes, algo poco habitual, por otro lado, en novelas policíacas clásicas. En El hijo único vuelve a demostrarnos que la personificación del elenco es uno de sus grandes fuertes como escritora.
- Bien construido: la trama de El hijo único tiene pocos o ningún error. Es un whodunit en el que las piezas del misterio se ensamblan muy bien y en el que no quedan lagunas en el desarrollo argumental dignas de mención.
¿Qué no nos ha gustado?
- Perdiendo la esencia negra: en 1222 disfrutamos de una atmósfera muy bien construida que, a veces, se volvía opresiva y que sintonizaba a la perfección con los acontecimientos. En El hijo único, en cambio, este detalle no está tan bien trabajado. Falta la fuerza de la escenografía que sí apreciamos en la novela anterior.
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