¿Qué nos ha gustado?
- Para pasar el rato: El ladrón de puertas no es, ni mucho menos, la mejor novela de Orson Scott Card. Pero, aún así, sí conserva algunos ingredientes de sus predecesoras, como los diálogos rápidos, los toques de humor o los giros inesperados, que la convierten en una buena opción si no tenemos nada mejor que leer.
¿Qué no nos ha gustado?
- Perdiéndonos: El ladrón de puertas cuenta con muchísimas explicaciones sobre mitología, creencias milenarias y prácticas esotéricas. El autor se explaya demasiado en estas cuestiones y a veces estos párrafos acaban por superar al lector.
- Romance nulo: aunque Card hace que todos o prácticamente todos los personajes femeninos acaben locamente enamoradas de Danny el apartado romántico de la novela carece de la fuerza sentimental suficiente para resultar creíble.
- Personajes fallidos: Danny, el personaje principal de El ladrón de puertas, es una figura muy muy pobre. Desde luego no posee la fuerza de Ender o de Bean y su personalidad cambia cada dos por tres sin que exista una razón para ello.
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