¿Qué nos ha gustado?
- Belleza en las palabras: el estilo de Diane Setterfield es bastante correcto. Hace una buena elección del lenguaje y las descripciones resultan evocadoras en la mayoría de los casos.
- Recuerdo de un clásico: El hombre que perseguía al tiempo recuerda bastante a Un cuento de Navidad. Comparte con la novela de Dickens el mismo trasfondo de redención personal y fantasmas personales y ofrece un mensaje final muy parecido.
¿Qué no nos ha gustado?
- Demasiado lineal: la trama de El hombre que perseguía al tiempo peca de linealidad. Setterfield no inserta ningún giro inesperado ni sorprendente y la historia se mueve dentro de lo previsible, sin saltos que despierten el interés del lector.
- Un personaje frío como el hielo: William, el protagonista de El hombre que perseguía al tiempo, es una figura con la que el lector no llega a empatizar por completo. Su personalidad resulta a veces demasiado fría y su ausencia de humanidad lo convierte en un personaje distante y poco cercano.
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