¿Qué nos ha gustado?
- Bienvenidos al Caribe: una vez más Sarah Lark nos presenta en Las olas del destino unos escenarios inmejorables. Cargados de color y vida, sirven como precioso trasfondo a toda la historia y, en algunos puntos, llegan incluso a superar a ésta.
- Los secretos de la tierra: como ya vimos en La isla de las mil fuentes Lark inserta en esta segunda trilogía más detalles sobre la vida nativa de los que vimos en El grito de la tierra. A través de los ojos de Deirdre conoceremos no solo su nueva vida sino también la de los indígenas que la rodean, adentrándonos de forma indirecta en sus costumbres, tradiciones y mitos propios.
- Más equilibrio: uno de los defectos que localizamos en La isla de las mil fuentes y también en El grito de la tierra fue la mayor preponderancia de los personajes femeninos frente a los masculinos. En Las olas del destino, sin embargo, la autora aporta un mayor equilibrio al elenco y las figuras masculinas adquieren, por fin, el carisma del que siempre han gozado las heroínas de Lark.
¿Qué no nos ha gustado?
- La misma fórmula: después de cuatro novelas precedentes que siguen el mismo patrón aunque con distintos personajes, Las olas del destino no puede considerarse el paradigma de la originalidad. Recuerda en algunos puntos a sus predecesoras y no nos ofrece nada realmente nuevo que no hayamos visto antes en los libros anteriores de Lark.
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