Hanover, Alemania, 1904. Frederick y Jette son una pareja poco convencional cuyo destino se une al conocerse una cálida tarde de primavera en el parque de Grosse Garten. Frederick posee el don de la música, y, Jette, a pesar de su falta de gracia femenina, una sensibilidad especial para apreciar una delicada melodía. Al escuchar de boca de Frederick un aria de La Bohème de Puccini, reconoce en él al hombre de su vida. Poco después, Jette se queda embarazada, y ante la rotunda desaprobación de su madre, deciden huir juntos y embarcarse en el primer buque que zarpe hacia el Nuevo Mundo. El azar les lleva a Nueva Orléans. La pareja acabará instalándose en una pequeña ciudad de Misuri, donde da comienzo la gran historia de amor y supervivencia de cuatro generaciones de una misma familia.
¿Qué nos ha gustado?
- Hablando de la inmigración: El sonido de la vida es una
novela que, utilizando el trasfondo de las dos guerras mundiales como contexto
principal, adentra al lector en una realidad menos conocida de las mismas: la
lucha por la supervivencia de los inmigrantes que llegaban a EE.UU. en busca de
una nueva vida. La historia de Frederick y Jette, asi como la de sus
descendientes, y sus esfuerzos por adaptarse a un entorno diferente y casi
opuesto al de su Hanover natal, es un homenaje encubierto, tierno y realista, a
todas esas personas que llegaron al Nuevo Mundo para huir de los conflictos que
amenazaban el Viejo Continente; otra cara de las guerras.
- Sin sentimentalismos: aunque El sonido de la vida puede resultar,
a veces, excesivamente previsible, Alex George consigue compensar este defecto
con un constante realismo, que evita que la historia caiga en idealismos y en
sensiblerías y se mantenga ajustada al contexto histórico y la realidad social
en la que se enmarca con una fidelidad casi absoluta.
- Elegancia y desenvoltura: el estilo de George en El sonido
de la vida resulta casi poético, con giros lingüísticos cuidados, descripciones
cargadas de evocación y diálogos profundos que se sustentan en una prosa
elocuente y muy bella. Una auténtica demostración de capacidad literaria que
llega a superar incluso a la propia historia.
¿Qué no nos ha gustado?
- ¿Quién me cuenta la historia?: hasta bien entrada la
novela, el lector desconoce la identidad del narrador que cuenta la historia de
Frederick y Jette y su familia. Esto, aunque no puede considerarse un defecto
imperdonable de la obra, sí puede resultar un detalle desconcertante de la
misma puesto el lector no consigue ubicarse con la identidad de la persona que
le acompaña a lo largo de todo el libro.
- No me dejas conocerte: la sucesión de generaciones que
protagonizan la trama de El sonido de la vida hacen que el lector nunca llegue
a empatizar con ninguno de los personajes de forma completa. Cada vez que
empezamos a conocer más a una figura, George traslada la historia a otro
miembro del elenco, dejando en el aire la relación creciente que se estaba
creando.
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1 comentarios :
ideal, me ha encantdo durante toda la lectura, gracias
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